Dean Winchester, cazador de monstruos

"donde está el Cullen ese...yo me encargo en un santiamén"

Ya era hora de que este personaje ficticio hiciera su aparición - hay quienes no lo conocen - y es uno de mis favoritos: la mitad más importante de los hermanos Winchester de la no siempre vista con buenos ojos pero sobreviviente serie Supernatural.
A este texto lo encontré hace un poco menos de dos años, en un blog sobre el tema, y me encantó, porque dado el contexto de lo que se vivía en la serie en ese momento era válido. A estas alturas muchas cosas ya pasaron, pero no por eso el escrito deja de ser emotivo. Quienes conocen al personaje estarán de acuerdo conmigo.

Las Cinco veces en las que Dean Winchester sabía lo que quería ser.

Cuando Dean tenía tres años, sabía lo que quería ser de grande. Quería ser como Papá.

Papá era grande, fuerte, divertido y feliz. Mamá reía cuando hacia sus payasadas en la cocina. Hacia reír a Dean cuando lo alzaba por los aires. Dean ya era tan valiente como Papá porque nunca tuvo miedo de ser alzado por los aires. El tenía la certeza de que Papá nunca lo dejaría caer.

Cuando el bebé llegó, Dean quiso sostenerlo como Papá lo hacía. Cuando Papá puso a Sammy en sus brazos y le enseñó como tomar la cabecita del bebé, Dean se sintió tan orgulloso. Así como Papá, él también cuidaría de Sammy.

Dean sería como Papá.

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Cuando Dean tenía cinco años, sabía lo que quería ser de grande. Quería ser un bombero.

Los bomberos estuvieron el día en que Mamá fue al cielo. Hicieron que el fuego deje de lastimarla. Corrieron dentro de la casa e hicieron que el fuego desaparezca. Papá intentó hacer eso, pero él no era un bombero. El no pudo atrapar a la cosa que lastimó a Mamá – lo intentó. Dean lo vió cuando regresó a la habitación de Sammy para tratar de salvarla.

Más tarde, los bomberos se quedaron con Dean y Sammy en la ambulancia. Ellos envolvieron a Dean con una cobija y le hicieron respirar por una mascara de plástico y sostenían su mano mientras una señora se aseguraba de que Sammy estuviera bien. Papá no estaba allí. El estaba sentado en la acera, mirando la casa. Dean pensó que lo habían salpicado con el agua de la manguera porque su rostro estaba mojado.

Dean detendría las cosas que lastimarían a otras mamis.

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Cuando Dean tenía ocho años, sabía lo que quería ser de grande. Quería ser un policía.

Dean sabía que su Papá era un buen hombre. Y sabía que también había hombres malos. Papá le enseñó como disparar y siempre le recordaba que debía disparar primero y preguntar después. Mientras Papá no estaba, Dean miraba TV con Sammy. El veia Hill Street Blues, and Cagney and Lacey. Si las chicas podían ser policías, el también podía.

Papá no era un policía. Los policías permanecían en un solo lugar. Tenían casas o departamentos. Ellos tenían sus familias y una estación de policía donde reportarse cada día. Un policía fue a la escuela a hablar a Dean y sus compañeritos de clase y les dijo que no debían hablar con extraños y no usar drogas. Se comportó muy amable con la Sra Thompson y vestía un lindo uniforme. El policía habló sobre como estaba a cargo de otros policías y que conducía un auto con sirenas. Dean supo entonces que su Papá a veces pretendía ser una policía, para atrapar a los hombres malos.

Dean sería algo más real.

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Cuando Dean tenía catorce años, sabía lo que quería ser de grande. Quería ser James Hetfield (*)

Bueno, Dean sabía que no podía ser Hetfield propiamente dicho. Pero quería ser como él. Si pudiera convencer a Papá de ir a California, a LA, estaría a mitad de camino. Trataría de asegurarle a Papá que ya era lo suficientemente grande como para manejarse solo. Y quizá Papá podría comprar una casa, en forma permanente, y dejar que Dean se hiciera cargo de Sammy mientras él iba a cazar. Entonces Dean podría unirse a una banda - él se estaba volviendo bastante bueno con la guitarra que se compró con su Visa “Bobby Johnson”.

Si el formaba parte de una banda, irían de tour y entonces Papá aun podría viajar con ellos de cacería. A él le encantaría. Y si estaban de tour, entonces tendrían compañeros. Dean estaba muy interesado en las chicas, fuera de las protestas de Sammy advirtiéndole de que ellas eran peligrosas para la salud. Las chicas eran un misterio que Dean se dispuso a resolver. El pensó que a Melissa Bryman le gustaban los chicos de las bandas. Ella habia usado esa camiseta del concierto de AC/DC en la escuela una vez y ella definitivamente no era peligrosa para la salud.

Dean seria una estrella de rock y todos lo adorarían.

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Cuando Dean tenía veintinueve años, tres meses, seis días y veintitrés horas, el supo lo que quería. Queria llegar a los treinta. Diablos! No solo los treinta. Queria llegar a los ochenta. Noventa. Y queria que Sam lo haga tambien.

Pero no pudo hacerlo. Un año parecía mucho tiempo. Pero – Dean no supo como – el año pasó tan rápido y él no pudo resolver las cosas que tenía pendientes. Sammy lo necesitaba. ¿Como iba a dejar a Sammy solo con esa mujerzuela de ojos negros dando vueltas por ahí? Y Lilith….¿como iba Sam a enfrentársele? Ellos aun no había logrado figurarse como hacerlo. Bobby, con todo ese montón de libros tampoco había logrado nada. ¿Entonces como él podría irse? ¿Como podría dejar a su hermanito en medio de una guerra?

Dean nunca llegó a ver el Gran Cañon. Nunca aprendió a surfear. Nunca supo lo que es ser un padre. Nunca fue a Las Vegas. ¿Como pudieron dejar que pase el año sin ir a Las Vegas? Dean quería disfrutar una vez más de una hamburguesa con tocino. Quería retozar sin compromiso con alguna atractiva chica de bar. Una noche de TV con Sammy acompañada de unas cervezas. Un paseo en el Impala, una tarde más bajo el cobijo de su baby. Quería una oportunidad más.

Dean Winchester iria al infierno luchando por su vida.

Autor: kriptkeeper

"somos re jebis...re jodidos"

(*) cantante del grupo Metallica