Corría el año 2004 (creo) y yo trabajaba en una empresa financiera, y en esos tiempos mi buena amiga M, era mi compañera de trabajo y compartíamos un cercana amistad que gracias a Dios sigue hasta ahora.
El caso es que, dentro de mis actividades personales, se desarrollaba esa acérrima aficción por los libros del JRR Tolkien (mi biblioteca Tolkeriana consta de: La Trilogía Señor de los Anillos, El Silmarilion, El Hobbit, Los Cuentos Inacabados, Los Hijos de Hurín y cuantos textos de Tolkien – sean reales o no – que circulan por la web más libros de gramática quenya), directamente influenciada por la obra de arte cinematográfica de Peter Jackson.
M y yo, muchas veces conversábamos acerca de libros en general, junto con una tercera amiga (que también permanece cerca hasta ahora), La Ardilla, quien se mueve en un circulo literario más echado a historias medievales y las obras de Mario Puzo.
Podría decirse que nuestro terceto era de los más erudito, en términos reales, pero para otros, quizá por falta de interés, capaz que nos consideraban algo aburridas, no se M y Ardilla, pero a mi me daba esa impresión.
A que quiero llegar. Bueno: M, fanática hasta los tuétanos del maguito de Privet Drive, el adorado Dumbledore y su colegio de jóvenes hechiceros y yo, fanática absoluta de las aventuras de Aragorn, las flechas certeras de Legolas, del principe Imrahil de Dol Armoth y completamente enamorada del Capitán de la Guardia de Doriath, Beleg Cuthalion.
Tratábamos de vendernos, una a la otra las “bondades” de nuestros preferidos: “Harry Potter es solo un niño, no puede llegar jamás ni a los talones de la obra de Tolkien, quien creó un mundo de la nada…además Tolkien era todo un entendido en literatura e historia” decía yo. “Me parece exageradamente largo, no me atrae para nada y además no sé que tanto le ven…” decia M (o algo asi el líneas generales)
Era la época en que El Codigo Da Vinci estaba causando estragos furor en la Iglesia Catolica el mundo, y yo como buena interesada en intrigas y conspiraciones literarias me compré el libro. Lo leí, me encantó y me puse en campaña a ofrecer a mi nuevo protegido a M. Ella: “No no..no quiero…gracias…etc” hasta que me vino con un golpe bajo: “Lo voy a leer, si es que lees Harry Potter y La Piedra Filosofal”.
“QUEEEEEEEE! - me dije en mis adentros - y caer tan bajo??…eso es de chicos…pero….eh…no se, que me puede hacer, total si no me gusta le devuelvo y chau….se que M no se va a enojar, asi como yo tampoco me voy a molestar si no le gusta el Código…”
Ok, hicimos el pertinente intercambio de la mercancía literaria.
Básicamente fue como si me hubieran inyectado algún tipo de droga …no, para ser exactos: fue una superconcentrada poción de amor, con un imperius doble… eso es como lo puedo describir.
Empecé a leer el libro tirada en mi cama, relativamente temprano como para ya dar por sentado que no me iba a gustar…era eso de las 8 de la noche, a las 10:30 yo le estaba llamando a M por celular, para pedirle que POR FAVOR me lleve a la oficina Harry Potter y la Cámara Secreta al dia siguiente. Es decir, en menos de 36 horas me leí los dos primeros libros, después le OBLIGUÉ a M a que me consiga los demás en un santiamén, y leí hasta La Orden del Fénix en menos de un mes. Hasta hoy, no se cuanto tardó M en leer El Codigo Da Vinci y no me importó.
Cabe destacar que la saga pasó a integrar mi panteón de deidades literarias desde el mismo momento en que Harry recibió su carta de Hogwarts y, vino a sentarse cómodamente al lado mismo de Hector de Troya y de Edmond Dantes…y no muy lejos de Michel Strogoff … así de simple.
La conclusión a la que quiero llegar con esta historia, es que hay tanto que nos perdemos al no querer conocer un poco más lo que hay debajo de las portadas, por lo menos me dirijo a quienes no tienen el hábito de la lectura, incluso a aquellos que lo tienen pero que no practican la “promiscuidad” literaria, que no tiene nada de malo.
La conclusión a la que quiero llegar con esta historia, es que hay tanto que nos perdemos al no querer conocer un poco más lo que hay debajo de las portadas, por lo menos me dirijo a quienes no tienen el hábito de la lectura, incluso a aquellos que lo tienen pero que no practican la “promiscuidad” literaria, que no tiene nada de malo.
Hoy, soy casi tan – o más – fanática de Potter que M, tengo todos los libros, las películas, he regado mis
Gracias a M, conozco un nuevo mundo en el que me adentré gustosa, con sus pro y sus contras, pero mundo al fin. ¿Acaso el mundo real no es lo mismo? Tiene muchísimos más pro y contras, y creo que el secreto está en pensar en un sencillo hechizo de felicidad y envolvernos con el como una suerte de Capa de Invisibilidad, así los malos ratos nos pasan de largo.
Y a la mala onda: SECTUMSEMPRA!
3 comentarios:
Apoyo esto de la "promiscuidad" literaria! :) Gracias justamente a ciertas recomendaciones tuyas lei cosas muy interesantes(lease troyanos, vampiros, club de dumas, etc!!) :D.
Ahora mismo quedaron en segundo plano los 2 libros que estaba leyendo y está como principal "Historia del Rey Transparente"!
Insisto se viene el Club de Lectura Innombrable! creo que somos casi todos personas que disfrutan la lectura.. que grupete! :P
Seeee... por fin un comentario! Grande Sirius!!!! Lo del Club si o si tenemos que empezar...a ver si investigamos un poco como funcionan y vemos de armar algo en la próxima reunión (posterior al ágape navideril...obvio)
Querida Vilmarith: navegando por la web, buscando "casonas antiguas" de asunción me tope con tu blog. Y surfeando adentro descubrí tu ex-aversion y ahora fanatismo hacia la heptalogia potteriana! Me alegra mucho saber que lo hayas leído y dado lugar entre unos de los buenos de tu lectura. Me encanta tu blog, y más lo bien que te bailas con la escritura.
Si te consagraste una Fan mas de HP..! ojalá asistas al proximo evento potteriano denominado "Hogwart Fest" que se mudo para el 8 de setiembre. me alegraría saber que asistieras. =D
Son los sinceros deseos de LoreJamesPotter.
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