Ayer estuve recorriendo locales haciendo una de las cosas que más me gustan hacer: comprar regalos, pero la vida de ese sentimiento de felicidad, es directamente proporcional al tiempo que tarda mi billetera en volverse más liviana. O sea, como se dice comúnmente, en un “flash” se pasa de la tranquilidad absoluta, al desánimo contundente y eso no se tarda más que minutos dentro del recorrido en un mismo centro comercial.
Primero preparo una listita para no olvidarme de nadie, trato de hacer una idea previa del tipo de regalos según el orden de importancia de las personas, y también asocio a lo que necesitan esas personas. Soy práctica, me gusta regalar cosas que tengan algún significado especial, cosas útiles o que yo sé realmente le va a gustar a la persona.
Es este sentido, hay un fenómeno interesante: generalmente se sabe qué regalar a las personas con las que se convive, ya sea por el intercambio de comentarios, o cuando saltan detalles a los cuales aferrarse para encontrar algo acorde a la persona; pero que pasa, cuando existen cero detalles, es decir, cuando se tiene en la lista alguna persona a la que es imposible de decidir que regalar, no porque no existen los detalles, sino porque ha transcurrido el tiempo y se han cambiado sus gustos (por decirlo asi) de una manera extremadamente rápida, que la conclusión que se llega es que … no hay nada que se le pueda regalar porque no le gusta nada. ¿Que hacer con ese caso? ¿Estirar el brazo y elegir cualquier cosa que se encuentre y pretender que significa algo? Prefiero no regalar nada a caer en semejante hipocresía.(ja! Qué cosa no?… cuanta gente hay que conozco que aplica la hipocresía de una manera magistral, dando regalos innecesarios o aceptándolos con fingida alegría y creen que yo me la trago….me cuesta muchísimo usar esa táctica… seré introvertida pero no estúpida.)
Primero preparo una listita para no olvidarme de nadie, trato de hacer una idea previa del tipo de regalos según el orden de importancia de las personas, y también asocio a lo que necesitan esas personas. Soy práctica, me gusta regalar cosas que tengan algún significado especial, cosas útiles o que yo sé realmente le va a gustar a la persona.
Es este sentido, hay un fenómeno interesante: generalmente se sabe qué regalar a las personas con las que se convive, ya sea por el intercambio de comentarios, o cuando saltan detalles a los cuales aferrarse para encontrar algo acorde a la persona; pero que pasa, cuando existen cero detalles, es decir, cuando se tiene en la lista alguna persona a la que es imposible de decidir que regalar, no porque no existen los detalles, sino porque ha transcurrido el tiempo y se han cambiado sus gustos (por decirlo asi) de una manera extremadamente rápida, que la conclusión que se llega es que … no hay nada que se le pueda regalar porque no le gusta nada. ¿Que hacer con ese caso? ¿Estirar el brazo y elegir cualquier cosa que se encuentre y pretender que significa algo? Prefiero no regalar nada a caer en semejante hipocresía.(ja! Qué cosa no?… cuanta gente hay que conozco que aplica la hipocresía de una manera magistral, dando regalos innecesarios o aceptándolos con fingida alegría y creen que yo me la trago….me cuesta muchísimo usar esa táctica… seré introvertida pero no estúpida.)
Pero dejemos la mala onda – me salio sin querer – y para evitar que ustedes se vean obligados a tomar decisiones precipitadas en cuanto a mis regalos, les ayudo con una lista de ítems que les puede servir de guía.
Les presento: Guía Rápida para Comprarle Su Regalo a Vilmarith
1) Jamás asociar, la edad con los actos. Los que me conocen saben la edad que tengo, pero mis hobbies puede que no cuadren con ello (personalmente no me importa) por lo que agradecería que no me regalen libros del tipo: “Sola a los 40”, “Como vivir mejor la solteria” o “Tips para sentirse mejor pasados los 30” (esto no significa que tenga 40 ojo!... todavia).
2) Fijarse en mis camisetas: Esto es lo más sencillo ya que en mis camisetas están los ítems de mis gustos favoritos.
3) Ejem ejem..... envuelto para regalo por favor, ya me encargaré yo de.... desatar el moño .....din din don! (jajajaja)
4) “A no ser que quieras que hablemos de coches” como diría Edward Cullen. Si algún multimillonario amigo esté leyendo esta lista y le sobre tanta plata que no sepa que hacer de ello, no me molestaría recibir esto de regalo. Muchas gracias desde ya.
5) Si M se gana el Seneté de hoy, espero que me incluya en ese viaje a Estambul que recibimos por mail, son U$S 5.300 por cada, una pichincha.
6) Gracias a La Enana, esté año se me cumplió un sueño querido, recibí una remera Adidas del diseño que yo quería (porque ella fue lo suficientemente observadora como para guardar mi comentario) y ahora existen pendientes dos ítems “de marca” que estoy tratando de conseguir y que si Dios quiere, me podré dar el gusto: Un RayBan original Wayfarer y un par de Nikes Air originales.
Son boludeces, pero si el amigo multimillonario del punto 4 se aparece y lee, creo que ha de poder hacer un combo.
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