10/12/09

El dia después de pasado mañana.


Hoy estuve conversando via mail con mi amigo Sirius acerca de varias cosas, y entre ellas me comentaba que había visto “2012” de Roland Emmerich, recién estrenada en nuestros cines.

Su comentario fue:

“viste vos? me parecio demasiado cliche nomas.. masiado nobles ya los yankees... :P” (...) “"El dia después de pasado mañana" no more comments :P”

Obvio que no fue más allá, en deferencia a que yo aun no vi la película (por lo menos es más cuidadoso que yo quien más de una vez le jorobé una peli o libro en mi apuro de comentarlo) pero con esas pocas palabras ya me dí cuenta que no captaría mi interés.

O sea... películas desastres hay muchas, Armageddon, Deep Impact, The Day After Tomorrow, Poseidón, etc... Wall-E (a que no? eh? eh?...Me van a decir que esta no es una película desastre?) y he llegado a una conclusión, que tampoco tiene porque ser nueva: al hombre – en el sentido genérico - parece gustarle ver como se destruye su propio mundo.

Cada vez hay más efectos visuales que son impresionantemente realistas, aunque sabemos que todo es pantalla verde (o azul), y las ciudades desaparecen en un santiamén inundadas, destruidas por terremotos, la población infectada por virus...los ávidos espectadores cargamos nuestras retinas y las celdas de nuestros cerebros con las imágenes de la destrucción de nuestra propia casa.

En casi la mayoría de las culturas, la humanidad tiene un punto final, es como si estuviéramos predestinados, seas cristiano o no, a ver al mundo destruido y estas películas son como una especie de “ensayo” y vaya que la naturaleza misma nos da cada ensayo!

Los desastres naturales parecen estar poniéndose todos de acuerdo, temperaturas altísimas, granizadas, inundaciones, vientos huracanados (ni Mazinger Z podría haberlo hecho mejor!), e incluso en zonas donde el clima “suele” ser benigno – como nuestra zona – hay palpables avisos de que las cosas están cambiando.

El mundo se está desperezando, y en cada estiramiento algún “hueso” se remueve y se acomoda. Nosotros, como los “quien” de la película Horton, vivimos en este pedacito de universo que en su inmensidad no significa nada y seguimos de manera inconsciente (y consciente en muchos casos), ignorando la realidad que vamos a dejar a la siguiente generación....ojo, ya no hablamos de generaciones futuras, hablamos de la generación que está a la puerta, nuestros hijos son los que van a tener que ver “películas desastres” en vivo, mientras los señores pensadores y gurúes se reúnen en ciudades europeas a expensas de sus gobiernos para debatir lo insolucionable?

(nota para mi misma: Vaya que hasta me sorprendo de lo que una mente preocupada puede llegar aportar)

Ver “2012” ya no es entretenimiento, es “entrenamiento” y en la realidad, no creo que los “yankees” sean tan nobles.

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