"Las mujeres tenemos la
tendencia a transformar nuestras fortalezas en debilidad. Porque le
tenemos miedo a nuestras áreas fuertes, estamos más acostumbradas a
tratar con nuestras debilidades que a tratar con nuestras áreas de
fortaleza.
Decimos, nadie me ayuda, lo
tengo que hacer todo sola y esto parecería un área de debilidad cuando
en realidad poder hacer todo sola demuestra lo fuerte que sos. Cuando
decimos, lo tengo que hacer todo sola, no recibo ayuda de nadie, lo que
estamos diciendo es, me siento abandonada, nadie quiere estar conmigo
por lo menos para compartir la carga emocional de lo que me está
pasando, estoy sola. O sea, me abandonaron, no cuento con nadie.
Sentir esa sensación de abandono es muy
fuerte, es una sensación para muchas personas muy fea, que no merecen
ser amadas, porque si te abandonan, si te dejan, si nadie recurre a vos,
si nadie te auxilia, es porque no lo merezco, no merezco el amor de
nadie, por eso me tengo que arreglar en la vida sola o solo. Te quiero
decir que hacer las cosas sola es una fortaleza que hay en tu vida y
podés felicitarte por eso, quiero que lo reconozcas hoy como tu
fortaleza. Nadie me ayuda pero sigo adelante, lo hago sola porque tengo
la fuerza para hacerlo.
Hay tres maneras de reaccionar cuando uno
se siente abandonado, cuando siente que el otro lo está abandonando, lo
está dejando solo.
Primero: con una calma aparente. Decís,
todos tienen cosas para hacer. Nadie piensa en mí, me tendré que
acostumbrar a ello. No debo servir para que nadie en mi familia me
quiera, me tengan en cuenta, seré un objeto más. Con una calma aparente
pero por dentro es una tristeza, porque el abandono trae tristeza. El
problema es que a veces en lugar de soltar la tristeza soltamos la ira,
porque no queremos vivir en tristeza.
La segunda reacción es con agresividad
interna. Decís, odio a todos, todos en mi casa son egoístas, en mi
trabajo. Todos piensan en ellos, nadie en mí. Nadie se da cuenta de todo
lo que hago por ellos. Me desvivo por ellos y nadie me da una mano. Es
una violencia interna y que hacés como reacción, comenzás a exigir, hacé
esto, hacé lo otro, quiero que estés acá a las nueve de la noche y
comenzamos a exigir por la violencia interna.
Tercero, otra manera de reaccionar es con
la seudo fe, que es la apariencia de fe. Hay un montón de mujeres que
tienen apariencia de fe, parece que tienen la súper fe pero en realidad
aparentan tener fe y dicen, Dios ya hará justicia, Dios ya tratará con
ellos, con los desagradecidos, Dios a mí en mi momento me dará por lo
que tanto estoy luchando. Y parece fe pero es bronca con tristeza, con
angustia, con odio y con querer matar a todo el mundo, porque lo ponés a
Dios como si en realidad tuvieras fe, pero en realidad querés que Dios
venga con un arma y mate a todos los que no te ayudan.
Estas tres conductas lo que tienen de
peligroso es que están asociadas a la pasividad. Por ejemplo, me enojo,
grito o hago de cuenta que no pasa nada y que soy la pobre víctima, pero
más no puedo hacer. O la seudo fe, Dios hará en algún momento y me
recompensará por todo mi esfuerzo y por hacer todo el trabajo sola.
Me admira cómo actuó Jesús. Estaba
caminando y de pronto tiene hambre. Comía y tenía hambre como cualquiera
de nosotros los mortales. Iba caminando y sabía elegir qué comer,
porque vio una higuera. No comía cualquier cosa, sabía cuidarse y quería
comer higos. Pero no había higos en la higuera, no estaba dando fruto. Y
Jesús podría haber dicho, Padre, esta higuera no tiene higos pero como
soy tu hijo, me vas a extender una mesa a dos cuadras de acá con
manjares mucho mejores que el higo. Pero no lo hizo. No oró y dijo,
ahora papá, ponele higos a la higuera y haber visto el milagro de que la
higuera tuviera higo. Tampoco lo hizo. Podría haberlo hecho, pero
reaccionó de otra manera, reaccionó con sabiduría y asertividad. Jesús
dijo que la higuera se seque, la maldijo y la higuera se secó. Le dijo,
sécate.
Quiero que quede en tu corazón la palabra
de autoridad que Jesús dijo, sécate, para algo que no estaba dando fruto
y no le proveía lo que necesitaba. Te quiero enseñar con esto que tal
vez estés haciendo muchas cosas en tu vida que no te estén dando fruto,
que no te estén dando resultado y tenés autoridad para decirle a eso que
no te está dando fruto que se seque. Tal vez estás cargando con tantas
cosas y te sentís tan sola porque es tan pesada la carga, pero estás
cargando cosas que no te están trayendo resultado y sin embargo las
seguís haciendo, las seguís repitiendo cuando tenés dentro de vos la
palabra correcta como la que usó Jesús, sécate.
Eso significa, no quiero en mi vida nada
que no produzca fruto, no quiero en mi vida nada que no traiga
recompensa para mí. Y podés decir que es eso muy materialista. ¿Jesús
fue materialista cuando le dijo a la higuera, como no me diste frutos
para comer, sécate? Lo que Jesús estaba diciendo es, no voy a perder
tiempo con esta higuera que no da fruto, no quiero perder tiempo con
algo que no está dando resultado. Y tenemos que hacer lo mismo en
nuestra vida diaria, no perder tiempo con lo que no da resultado, con lo
que no da fruto. Y hacemos cosas a lo largo del día que no nos dan
ningún resultado, pero las seguimos haciendo por culpa, por angustia,
por costumbre, porque te lo piden otros. Y a partir de ahora si querés
ser una persona enfocada tenés que hacer secar de tu vida todo aquello
que no te trae resultado.
¿Qué cosas estás haciendo que no te traen
fruto? ¿A qué cosas deberías decirle en tu vida, sécate, basta, no
quiero perder más tiempo con esto? No te estoy hablando de secar
personas, porque el problema no lo tenés con personas, lo tenés con las
cosas que hacés que no te traen el resultado que querés y que te
terminan amargando y frustrando. Tenés que decir, sécate, a relaciones
que ya no van más, a la relación, no a la persona. Esta relación se
tiene que secar, no me está dando fruto.
Hay relaciones donde no hay el fruto que
querés, tenés que decir, sécate, porque hasta que eso no se seque vas a
seguir perdiendo tiempo en esa relación. Y no estamos para perder tiempo
en este mundo, porque Dios nos necesita para hacer un montón de cosas
creativas, buenas, alegres, divertidas, que den fruto, que sean
productivas. Dios está esperando que seques lo que no te da resultado
para empezar a hacer lo que tiene bendición para tu vida.
(....)
Basta de perder tiempo, basta de seguir con lo mismo, porque tu vida
tiene que seguir adelante. No podés detenerte en cosas que no te dan
resultado, en cosas que no tienen fruto. Esa relación de pareja que
hiciste hace poco que el hombre no se decide más y te la sigue
estirando. Sécate de una vez por todas. Porque tengo que seguir
caminando hacia mi éxito. Hacé un balance.
(...)
Quiero que vayas pensando que tenés que secar, porque si no este mensaje
no te va a servir de nada. ¿Qué relación interpersonal no te está dando
resultado? Te sirve para amargarte, para angustiarte, para traerte
enfermedad. ¿Qué trabajo no te da el fruto, la ganancia que querés?
Sécalo de una vez por todas para que venga lo bueno a tu vida. ¿Con qué
personas estás hablando todo el tiempo pero no pasa nada? Basta de ese
concepto seco, porque no me sirve. Sé un poquito más viva
espiritualmente, no seas tan emocional, no te quedes aferrada a cosas
por la emoción, porque la emoción no te ayudó mucho. Actúa de otra
manera, actúa como una mujer de fe."
fuente: Blog de Alejandra Stamateas
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