Después de mucho tiempo, hoy se me ocurrió que debería dar una vuelta por acá. Hace más de un mes que esto está “cri cri” … y no sé si es coincidencia o no, pero desde que se me ocurrió anotar a mi blog en un concurso, como que la inspiración se me fue de paseo. Y eso que los temas abundaron a lo largo de este mes y medio de silencio, jejeje.
El caso es que, tomar una de las producciones de cine más interesantes de los últimos tiempos como tema del “regreso” me pareció una buena idea.
Y justamente de “ideas” es que trata la alucinante “Inception” de Christopher Nolan, una producción visual única con un reparto que no ofrece ningún hueco ni punto flojo. De toda esa infinidad de conceptos oníricos, subconscientes y hasta incluso morales que se desarrollan a lo largo de esa intrincada trama, hubo uno en general que me gustó, no en el sentido de “chulina que lindo” o “que purete la idea”, sino que es un concepto con el que me sentí atraída; y es justamente el que menciono en el título, “El totem”.
La palabra tótem de por si tiene una ascendencia espiritual desde su aparición en los diversos lenguajes, concretamente:
Un tótem es un objeto, ser o animal sobrenatural, que en las mitologías de algunas culturas se toma como emblema de la tribu o del individuo; éste puede incluir una diversidad de atributos y significados. La palabra tótem proviene de la lengua Ojibwa, hablada por indígenas nativos de América del Norte, y se utilizaba para designar un tipo específico de monumento, que en la actualidad puede encontrarse generalmente cerca de la costa del océano Pacífico en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá). Estos monumentos no eran, empero, obra exclusiva de la cultura Objiwa, sino también confeccionados por otras culturas nativas de Norteamérica.
Y yendo un poco más...
El totemismo es un concepto antropológico actualmente en desuso que designa: una relación metafísica, un complejo sistema de ideas, símbolos y/o prácticas, entre un individuo o un grupo social, y un animal, un vegetal o incluso un objeto. Comprende las relaciones idealmente postuladas entre dos series, una de ellas natural y la otra cultural. Encontramos al totemismo en América, en Australia, en Oceanía, o en la selva amazónica, y al parecer es una creencia inherente al hombre primitivo más que una difusión global transmitida entre culturas y etnias.
Es importante aclarar que, no es que yo tenga un poste con figuras de animales colocada en el fondo de mi casa o en todo caso colgado de mi balcón, sino que, la idea de crear un elemento simbólico que nos conecte con la realidad o como se dice en la película, nos “asegura que no es un sueño lo que estamos viviendo”, es el quid de la cuestión, el centro del pensamiento que me hizo reflexionar sobre los diversos tótems que podríamos llegar a crearnos con el fin de no vivir demasiado lejos de la realidad. Tampoco la cotidianeidad de las cosas ayudan a que te alejes demasiado, es decir la propia vida no te permite soñar mucho, pero cuando se tiene un acentuado “síndrome de Peter Pan” como suelo decir que yo tengo, el deseo de soñar es tan intenso que se convierte en el “tótem” de mi realidad.
(……….. estoy analizando lo escrito porque está muy complicado)
Ya sé que es muy rebuscado lo que está mas atrás…- hasta yo estoy confundida – pero a lo que quiero llegar es que mis sueños, son mis tótems, porque a ellos apunto y con ellos comparo la realidad. Puede que suene que mis sueños son tan irrealizables que es imposible que se vuelvan realidad…es una opción, pero justamente ahí está el punto: es una opción y “sueño” que las piezas encajen para que se vuelvan realidad.
Y eso nomas…..;)
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