(escrito el 31/12/2010)
Tenía planeado escribir algo concreto en esta oportunidad, pero viniendo en mi vehículo personal con chofer (Línea 20) presencié un ejemplo emotivo y a la vez esperanzador. Y eso que las experiencias positivas en el transporte público son pocas!
Estaba en el semáforo a solo una cuadra de la oficina, cuando – en medio de la somnolencia propia de la mañana – fijé la mirada en la vendedora de yuyos de la esquina.
La señora estaba acomodando sus plantitas en su precaria mesita para pasar toda la calurosa mañana bajo el techo de zinc acompañado de un niño de no más de 10 años vestido con su remera de Olimpia. En eso se le acerca un canillita, un muchacho algo mayorcito con su delantal de Ultima Hora e intercambian unas palabras y el nene también le dice algo, y el vendedor de diarios se le sonríe tan alegre y genuinamente y se lee perfectamente que le dice “Gracias, che ra´á” y le hace un cariñoso gesto con la mano en la cabeza y repite el agradecimiento a la señora.
Podrán decir que son demasiados detalles para un momento de segundos, pero estoy bien entrenada en observar muchos detalles que otros pasan por alto – aunque mucha gente diga que no me suelo dar cuenta de nada y me toman por estúpida, pero ese es otro tema – y caer en cuenta de que esta sencilla gente estaba felicitándose por el Nuevo Año que se viene me dio un amplio motivo para reconsiderar tantas cosas que tenia en mi cabeza al salir de casa.
Puede que el canillita sea un pibechorro y el nene sea un potencial delincuente…no sabemos, las cosas que se ven y se leen trasgiversan con facilidad la realidad, pero en nuestro entorno ¿somos capaces de demostrar un genuino deseo de Feliz Año Nuevo?
Vivir desde adentro es una premisa interesante, y los gestos sencillos son capaces de reflejar nuestra realidad interior; un interior atribulado hace que las expresiones exteriores sean secas, en otras ocasiones un interior brillante se refleja en la noble mirada al momento de pasar la mano; pero también está el interior dañado que se refleja en la sonrisa falsa que acompaña a los ojos frios.
Vivir desde adentro.
En este 2011 que iniciamos seria bueno ponernos como una de las tantas metas - a parte de querer ganar el SENETE - ver como estamos desde adentro para que nos reflejemos genuinamente como somos, sea como sea que seamos.
Que el 2011 sea lleno de bendiciones para todos!
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