Generalmente el común de las personas espera ansioso el fin de semana, ya sea para descansar, para salir, viajar o lo que fuera; a mi me sucede lo opuesto: los fines de semana son días de incomodidades y un sinnúmero de contratiempos que solamente me hacen querer regresar a mi exilio.
Hace tiempo que esos días de supuesta paz, dejaron de ser interesantes: solo me encuentro con problemas domésticos, dramas familiares y ni siquiera una reunión de amigos se concreta, ya sea por desencuentros o simplemente por mi propio autoencierro.
En realidad, cuento las horas para regresar, y no porque demasiado quiero regresar, sino porque me quiero ganar mis minutos de placer visual. Se imaginan lo mal del coco que tengo que estar para sacrificar días de descanso, pensando futuros posibles insignificantes momentos completamente innecesarios.
Si vieran el objeto de mi suprema intranquilidad, me darían la razón - si son mujeres y gays obviamente - y entenderían porque mis hormonas han enloquecido y mis costumbres drásticamente han cambiado.
Cada fin de semana ahora es un ensayo de supervivencia, un sobresalto a cada sonido del celular, con la loca idea de una llamada imposible, y el masoquismo ciego de pretender la existencia de pensamientos hacia mi.
Pero la realidad es peor de lo que parece!!! jajajaja
En un tiempo, más adelante, es posible que cuando lea estas lineas hasta me sienta cohibida y avergonzada, y posiblemente borre esta entrada, pero ahora es algo tan latente, tan real, tan batiente... no quiero ni pensar lo que esto significa, o sea, se lo que significa pero ni siquiera me animo a escribirlo!
(en el fondo es taaannnn cursi!!! jajajajaj)
No siempre che... |