23/4/15

DAREDEVIL, UNA SERIE SIN MIEDO.
Netflix, 2015

En esta última semana el hype que tiene que ver con los superhéroes llegó hasta los limites insospechados, con el inicio de la recta final para el estreno de The Avengers: Age of Utron, que significa una proliferación (y hasta podría decirse exageración) de clips, cortos, entrevistas, rumores, etc, y el lanzamiento (primero filtrado y después en forma oficial) del trailer de la esperada BatmanVSuperman de Zac Snyder. Dos dignos contrincantes que juegan “tu a tu”, en un terreno bien delimitado por los fans de Marvel y DC…pero por supuesto, su alteza real la madre de todas las trilogias, Star Wars, con The Force Awakens, vino a poner orden en la casa y mandar a los niños a dormir. (porque así fue, los 88 millones de views del trailer en 24 horas lo demuestran).
Pero el tema que me trae aquí, es un poco más puntual, lejos de los mega estrenos y las sagas multimillonarias: más a “street level” (que es la etiqueta que decidieron darle) llegó el Avenger (porque eso es en el universo Marvel) Daredevil, El Hombre Sin Miedo, por Netflix (con mamá Marvel detrás y basado en la obra de Frank Miller) directo a nuestras computadoras y con trece capítulos de un zopetón, como para no tener ninguna excusa de no verla.
Todo se inicia con una premisa bastante sencilla: Matt Murdock, un joven abogado, que a los 9 años perdió la visión a causa de un accidente en el cual sus ojos fueron salpicados por algún tipo de sustancia tóxica, y que en compensación sus demás sentidos se vieron desarrollados hasta el punto de usar esas nuevas habilidades para luchar contra el crimen en el infame Hell´s Kitchen, un barrio particularmente complicado de Nueva York, que después del “incidente” que significó el paso de la invasión alienígena que vimos en The Avengers, quedó a merced de oportunistas y mafiosos desarrolladores inmobiliarios.
Esta premisa ya fue vista en la no siempre bien recordada “Daredevil” del 2003, protagonizada por Ben Affleck (asi mismo…el nuevo Batman! Quien lo diria..), que personalmente – y perdón por la herejía – no me pareció taaan mala, y a lo largo de la serie se ve bien reflejada en una serie de flashbacks emotivos y según sea el momento, desgarradores.
Pero esta no es la principal particularidad de una serie que podría haberse tratado como una del montón: Daredevil es una serie VIOLENTA, si, así con mayúsculas: los mafiosos vienen de la escuela de Al Capone, los policías son corruptos y el dinero sucio llega hasta debajo de las faldas de doña Justicia. Y en medio de todo eso, con una mochila interior cargada de dudas, cuestionamientos acerca del bien y del mal, y soledad, nuestro enmascarado amigo trata de tomar cartas en el asunto y siempre termina literalmente en la lona, amoratado, sangrante, hecho una piltrafa, que si no fuera por la ayuda de cierta enfermera y su propia manera de autocurarse (o tratar de) con meditación, la serie hubiera durado bastante menos.
La serie es una amalgama de culturas, multilingüistica, oscura, con escenas hasta difíciles de aguantar por su crudeza (hasta podríamos oler el sudor y la sangre en medio de los golpes), por el nivel de violencia física que nos choca y en momentos hasta nos revuelve; pero que nos lleva a otro nivel de realismo que no siempre se ve en este tipo de personajes.
Algo que quiero mencionar es que no siempre, cuando se ven personajes de culturas y razas diferentes usan sus propios idiomas, son ellos los que deben hablar el ingles; aquí tenemos completas escenas de unos buenos minutos entre el villano y una dama china en mandarín, nuestros personajes principales se pliegan a un relativamente buen español en conversaciones importantes y con diferentes personajes, lo mismo que los personajes rusos hacen lo suyo en su idioma. Ese cuidado del detalle da una idea de cómo se trabajó en algo más que la lectura de líneas y peleas coreografiadas, que aquí entre nos, son de lo mejor que se ha visto hasta el momento! (me remito a los últimos 10 minutos del Ep 2: Cut Man...IMPERDIBLE!) 
El cast no pudo haber sido mejor tratado: Vincent D`Onofrio, que tiene en su haber algunos villanos icónicos, se borda al millonario Wilson Fisk, tímido con las mujeres, y a la vez tan violento como salido de una película de Tarantino; de soporte está Deborah Ann Woll, de la también violenta True Blood, con el papel de Karen Page, la asistente-secretaria-amiga del protagonista que tiene toda una linea argumental propia, un desconocido para mi Elden Henson como Foggy Nelson, el abogado colega, que aporta un cierto aire fresco con algunas salidas cómicas. Rosario Dawson es la enfermera que ayuda a “parchar” literalmente al pobre Matt (como eco a la figura de la “Night Nurse” del comic) y por supuesto, el protagonista principal: Charlie Cox, que no tiene nada de lo que fuera su papel del tierno Tristan en Stardust: creíble como invidente, imposible de identificar cuando es el doble y cuando no, en las escenas físicas (asumimos que las rebuscadas piruetas no las hace él pero no se nota) y como todo actor nacido y entrenado en la isla de la Reina Elizabeth, solo podemos esperar emoción a flor de piel, desde la pena, la rabia, la impotencia, el dolor de las heridas, y hasta el charme del flirtreo, en su mejor expresión.  
En resumen, no quiero decir que esta serie es todo lo que los fanáticos de Marvel estaban esperando, porque no tengo idea. Lo único que puedo decir es que con Daredevil el género dio un paso diferente, accesible y amoldable a cualquier público adulto, porque esto es: un superhéroe para adultos con sus luces y sombras y que tal es su profundidad, hasta casi teológica, que nos hacemos eco en una frase que se suelta en un momento particularmente destacado, en donde el protagonista cuestiona la existencia del diablo a un sacerdote amigo, quien le responde: “Si Matt, he visto el diablo…y creo firmemente que camina entre nosotros”.
¿Será esto realmente lo que lleva a Matt Murdock convertirse en vigilante? Es cuestión de tomarse el tiempo y sacarse las propias conclusiones.