No voy a negar que dos meses atrás no tenia idea de la existencia de esta serie cancelada de la NBC… y no quiero sonar superficial pero no lo niego, la pillé porque Sebastian Stan (The Winter Soldier, de Marvel) es parte del elenco (algo más tenia que haber a parte de bodrios como The Covenant y The Apparition en la filmografía del pobre hombre).. y vaya que quedé gratamente sorprendida.
Esta serie, en mi opinión, es una de esas series buenas que por error de promoción, malas decisiones a la hora de la emisión y por los caprichos del rating fue cancelada en su primera temporada. (Hay tantos ejemplos de brillantes series que sufren el recorte como es el caso de la magnífica “Carnivale” o “Roma” que apenas llego a su segunda temporada)
El plot es bastante peculiar…con un toque de realismo mágico, está basado en ciertos elementos, en la historia bíblica del Rey David, o por lo menos esa es la inspiración del contenido de 13 capítulos que si bien tienen sus altibajos, trabajan una maraña de personajes conflictivos dentro de la corte ficticia del reino de Gilboa, que se sitúa en los tiempos modernos.
El cast es impecable: Ian McShane como el viejo Rey Silas Benjamin (que seria el biblico Saul), que está llegando al final de su reinado pero se niega a aceptar que Dios lo ha abandonado, tal como le advierte el Reverendo Samuels, y que tiene sus conflictos familiares con la doble vida su hijo Jack (Sebastian Stan), el idealismo de su hija Michele (Allison Miller) y la manipulación impecable de su esposa Rose (Susanna Thompson). A esto se le suman los conflictos propios del poder, como las conspiraciones, los juegos de poder político y los conflictos de frontera con el reino de Gath. En medio de todo esto, se aparece un joven soldado llamado David Shepperd (Christopher Egan) - brillante analogia con el Pastor David - que enfrenta una unidad del ejercito de Gath en solitario (armado con una llave de tuerca con la que inutiliza a un tanque llamado “Goliath”) y salva a un grupo de rehenes entre los que se encontraba el mismísimo hijo del rey.
A partir de allí las cosas se complican para David y se ve obligado a aprender a convivir con las intrigas políticas enfrentadas a su propia convicción sobre lo que es bueno y malo, y su fidelidad absoluta al rey, en quien confía plenamente y considera asignado en el trono por poder divino (sin saber que gracias a una señal “especial” que tiene que ver con el símbolo de la mariposa que figura en la bandera del reino, el mismo rey ya lo identificó como el hombre que le sacará su trono creando una suerte sentimiento de amor-odio hacia él, al igual que en Jack, que lo ve como un competidor, pero motivado por sus inseguridades y su propia codicia)
Mi favorito: Ian McShane, perfecto, impecable, mira con odio perverso al igual que observa con amor paterno, según sea quien esté al frente. Una fuerte presencia para un personaje que requiere la elocuencia suficiente de enfrentarse, literalmente, a una tormenta en la búsqueda de respuestas.
No es la octava maravilla en cuanto a TV, pero tiene una producción impecable, fina y elegante, guiones salpicados con pensamientos profundos, hasta filosóficos si se quiere, alrededor de la inocencia de David, sobre la vida, la muerte, la fe y la fidelidad.
El piloto de la serie fue dirigido por Francis Lawrence (Constantine, Water for Elephants) que además es el productor ejecutivo. El creador es Michael Green (Heroes). La banda sonora merece un comentario a parte: la etérea Lisa Gerrard (Gladiador) hace presencia en todos los capítulos.
Ideal para tomarse unas horas y escaparse hacia un reino que no existe, pero que se parece mucho a los reales. Con o sin fe, KINGS cumple su objetivo de hacernos pensar diferente sobre mariposas, ungidos y tormentas.